jueves, 30 de julio de 2015

LECTURA 17:EDUCACIÓN PARA UN MÉXICO INTERCULTURAL

RESUMEN
EDUCACIÓN PARA UN MÉXICO INTERCULTURAL

México es el país con mayor población indígena de América. Según el últi­mo Censo Nacional de Población y Vivienda (INEGI, 2011), 6.9 millones de mexicanos de tres años de edad y más hablan una lengua indígena, lo que significa 6.6% de la población nacional. Sin embargo, 15.7 millones (14.86%) se consideran indígenas.


Los indígenas son los que menos acceden a la escuela; la población de seis a catorce años que no asiste a la escuela y no es hablante de lengua indígena re­presenta 4.9% de la población de esta edad. El porcentaje correspondiente entre quienes hablan lengua indígena es de 8.3%. Así, por cada niño no indígena que no asiste a la escuela hay dos niños indígenas (INEGI, 2006).

México no puede definirse, como lo ha hecho a partir de 1992, en función de su diversidad cultural cuando estas enormes desigualdades que nos dibujan un escenario de enorme injusticia en lo que concierne a los pueblos indígenas no va­yan siendo combatidas. Esto es un proyecto de país e implica a todos los sectores y agencias e instituciones de la sociedad. La educación contribuye a ello, y hacerlo significa mejorar la cobertura y la calidad con pertinencia cultural y lingüística de la educación destinada a los pueblos indígenas.

La interculturalidad supone que entre los grupos culturales distintos existen vínculos basados en el respeto y desde planos de igualdad. La intercultu­ralidad no admite asimetrías, es decir, desigualdades entre culturas mediadas por el poder, que benefician a un grupo cultural por encima de otro u otros.

La educación debe contribuir –y puede hacerlo de manera privilegiada– a la cons­trucción de una nación intercultural.


Decíamos que la interculturalidad, como concepto, no admite asimetrías. Asi­metrías hay muchas: económicas, políticas y sociales. Todas ellas deben ser com­batidas, pero como educadores nos corresponde combatir de modo directo las asimetrías propiamente educativas, que también existen.
La educación intercultural con grupos mayoritarios implica combatir la discri­minación y el racismo. Como tal, supone una formación profunda del juicio moral autónomo, para lo cual se requiere que a los alumnos se les brinden múltiples oportunidades para asumir roles de otros diferentes y para reflexionar sobre dile­mas morales cuyo contenido es cultural y discutir su solución teórica en grupo de manera que haya la posibilidad de construir los valores propios en forma social. Estos dilemas proceden del currículo (sobre todo de la historia y la literatura, pero no solamente); de los sucesos locales, nacionales y mundiales contemporáneos, y de los conflictos que ocurren en el aula y en la escuela entre alumnos o entre maestros y alumnos.

La educación intercultural con grupos mayoritarios supone que se asiste a una escuela en la que existe una convivencia basada en el respeto al otro, con base en reglas decididas de común acuerdo. Supone aprender en una escuela en la que los alumnos sienten que pueden expresarse, y que no por ello sufrirán maltrato físico o psicológico ni burlas de sus compañeros. Mejor aún si en esa escuela hay opor­tunidades de convivir con diferentes (en sexo, edad, capacidades, integridad física) y de servir a los que, en aspectos específicos, tienen debilidades identificadas.

Sin duda, el escenario de educación para la interculturalidad que más ha crecido en las últimas décadas a consecuencia de la globalización es el de la realidad mul­ticultural. Aquél se manifiesta cuando una misma escuela atiende niños y niñas procedentes de grupos culturales diversos. Es muy probable que los avances más importantes en relación con la educación intercultural procedan de la necesidad de enfrentar educativamente estas situaciones.

La multiculturalidad es signo de estos tiempos y lo será de modo creciente; así, se convierte en un campo de investigación y experimentación prioritario en nuestros países en el futuro.

NOTA DE CLASES:
  • La interculturalidad supone que entre los grupos culturales distintos existen vínculos basados en el respeto y desde planos de igualdad. La intercultu­ralidad no admite asimetrías, es decir, desigualdades entre culturas mediadas por el poder, que benefician a un grupo cultural por encima de otro u otros.
  • La educación intercultural con grupos mayoritarios implica combatir la discri­minación y el racismo.
  • La educación intercultural con grupos mayoritarios supone que se asiste a una escuela en la que existe una convivencia basada en el respeto al otro, con base en reglas decididas de común acuerdo.
  • La multiculturalidad es signo de estos tiempos y lo será de modo creciente; así, se convierte en un campo de investigación y experimentación prioritario en nuestros países en el futuro.
EVIDENCIA:





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