RESUMEN
PROGRAMA ESPECIAL DE EDUCACIÓN INTERCULTURAL
Los
compromisos establecidos en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) y en el
Programa Sectorial de Educación (PSE)
2013-2018 subrayan el compromiso del Gobierno de la República de elevar la
calidad de la educación de los mexicanos para prepararlos mejor como
ciudadanos, como personas y como miembros activos de la sociedad.
Para
lograrlo se ha impulsado una Reforma Educativa de gran calado que sitúa el
interés superior de las niñas y los niños en el núcleo de atención. Un reto
sustancial es alcanzar la calidad de los aprendizajes con inclusión y equidad
en las oportunidades y los logros. En un país con la diversidad cultural y
lingüística de México, este es un desafío formidable.
Uno de
los puntos focales para lograr el reto arriba descrito es el establecimiento de
una sociedad capaz de mantener relaciones de respeto y equidad entre todos sus
miembros. En este contexto, la calidad de la educación no puede establecerse
sin considerar elementos como la pertinencia, la equidad, la eficiencia y el
humanismo.
La
calidad de la educación no puede prescindir de la pertinencia en su sentido más
estricto de responder a las características culturales y lingüísticas de la
población. Una educación pertinente es aquella que constituye un factor para el
desarrollo y el fortalecimiento de la cultura de los grupos sociales; una que
parte del respeto a las distintas perspectivas desde las cuales se comprende y
explica la vida.
En México
existe un abanico muy amplio de culturas —incluidos más de 60 pueblos
originarios, descendientes de la población esclava proveniente de África,
migrantes de múltiples corrientes y migrantes de retorno—, que reclaman el
derecho a una educación que les ofrezca oportunidades de desarrollo y
enriquecimiento de su cultura, cosmovisiones, costumbres, tradiciones y
conocimientos ancestrales. Puesto que la lengua es el vehículo y soporte de la
expresión y el pensamiento, se convierte en el elemento más próximo y sensible
para ser considerado en la educación. La educación pertinente debe considerar
la lengua materna de los educandos.
La
cultura, como factor de la pertinencia, es un elemento poco atendido en el
currículo nacional. En la selección de conocimientos que hemos elegido para ser
preservados y desarrollados en las escuelas, se ha privilegiado un solo tipo de
conocimiento, excluyendo la diversidad de conocimientos locales construidos por
los pueblos indígenas.
Esto es
un acto de injusticia, debilita la diversidad cultural y hace de la escuela
algo ajeno y poco significativo al estudiante y a las comunidades.
Los
diferentes pueblos, incluyendo a los indígenas, tienen conocimientos que
aportar a la sociedad en general y al mundo, a los cuales enriquecen: con
formas diferentes de entender la naturaleza, de relacionarse con ella sobre
bases de respeto; con propuestas de desarrollo tecnológico para el manejo de la
tierra y la siembra; con otras formas de organización y de impartición de
justicia; con diferentes formas de organización del trabajo colectivo, con sus
tradiciones culinarias y alimenticias, con su medicina tradicional; con
tecnología de textiles, con procedimientos de solución matemática, unidades de
medida y esquemas de aproximación al tiempo y el espacio. Todos estos
conocimientos son construcciones de grupos sociales que dan respuesta a las
preguntas y preocupaciones que se ha planteado a lo largo del tiempo; son
soluciones a sus problemas, por lo que no hay conocimientos menores ni mejores
que otros.
En una educación
intercultural los educandos tendrían que comprender la génesis de los
conocimientos y su importancia para el grupo social que los ha desarrollado;
valorarlos desde la perspectiva en que fueron construidos y posibilitar un
análisis crítico de la cultura propia y de las otras, conllevando un
enriquecimiento y un desarrollo de todas las culturas. Así, cultura y lengua se
constituyen como elementos cualitativos de la educación. Incorporarlos a ésta
es un factor crítico para juzgar su pertinencia y su calidad.
La Coordinación
General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB) fundamenta sus acciones
en una definición de educación intercultural que considera el conjunto de
procesos pedagógicos que tienen la intención de conducir a la formación de personas
capaces de comprender la realidad desde diversas ópticas culturales e
intervenir en los procesos de transformación social con respeto y plena
conciencia de los beneficios que conlleva la diversidad cultural y lingüística.
Pretende la formación de personas que reconozcan su propia identidad cultural
como una construcción particular y que, en consecuencia, acepten otras lógicas
culturales en un plano de igualdad y respeto, que busquen comprenderlas y que
sean capaces de asumir una postura ética y crítica frente a todas ellas. Esta
tarea implica el reconocimiento y la dignificación de las culturas originarias,
tanto para los pueblos indígenas, como para el resto de la sociedad mexicana.
Con ello se busca contribuir, desde el ámbito educativo, a eliminar las graves
asimetrías valorativas que se derivan de relaciones de subordinación,
discriminación y racismo que tienen una honda raigambre en nuestro país.
Transformar estas relaciones y actitudes es una tarea vital para el desarrollo
equilibrado de la nación pluricultural a la que pertenecemos.
El carácter
transversal de las atribuciones de la CGEIB requiere incorporar en el trabajo
de todo el sistema educativo políticas, preocupaciones, perspectivas, conceptos
y modelos de atención educativa conducentes al desarrollo intercultural, la
equidad y la participación social, frente a la diversidad cultural y lingüística
de nuestro país. Esta encomienda se lleva a cabo en el espacio multidimensional
complejo del sistema educativo sin eliminar ninguna de las dimensiones de
operación, de la estructura orgánica básica de la Secretaría de Educación
Pública (SEP) y las autoridades educativas estatales.
NOTA DE CLASES:
-
Una dimensión epistemológica que postula que no existe un tipo de conocimiento único y superior a todos los demás. Por el contrario, sostiene que distintas formas de conocimiento deben articularse para conducir a una complementación de saberes, comprensiones y significados del mundo.
- Una dimensión ética que denuncia y combate los intentos totalizadores en cualquier ámbito social. Como corolario, sustenta el concepto de autonomía como la capacidad de elegir conforme a principios, fines y valores, así como el derecho de ejercitar esa elección con base en las creencias básicas que determinan las razones válidas, los fines elegibles y los valores realizables, los cuales pueden variar de una cultura a otra.
- Una dimensión lingüística que considera a la lengua como el elemento central de la vida de un pueblo. Sostiene que la lengua es el vehículo fundamental de denominación y transmisión cultural, por lo que es un elemento esencial en la construcción de la identidad de los miembros de un grupo y el desarrollo de su vida sociocultural. Defiende la necesidad de aproximarnos a una realidad lingüística nacional sustentada en un bilingüismo equilibrado y en un multilingüismo eficaz.
- Intercultural (PEEI) que sirva de guía programática para el trabajo transversal en el ámbito educativo.
- El PEEI, preparado por la CGEIB, busca contribuir a mejorar la calidad de la educación desde la perspectiva intercultural.
EVIDENCIA: